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lunes, 31 de agosto de 2020

La muerte

 

La muerte


La noches se hacen cada vez más frías, el sufrimiento  de las pérdidas es más dolorosa cada día, no se resiste, el poder de ese extraño ser, en donde absorbe cada gota de mi esencia de la vida, me atrofia mi espíritu, el eco de los lamentó que recorre mis oídos ya no son míos, el ente entró en mis recuerdo y realizó un doloroso, ese pavoroso dolor de mis antepasados, el resultado, esclavo de mis pensamiento en este cuarto vacío, y desgraciado color blanco.




jueves, 12 de julio de 2012

La celda

Estando prisionero me puse a pensar, después de lastimarme tratando de escapar Pasaban los días y los recuerdos se iban borrando por esa amargura de no poder entender como había llegado hasta ese lugar, solo recordaba, pensaba en los días cuando era pequeño, mi madre me alimentaba, mi padre trabajando en el campo y siempre preocupado por las fuertes lluvias, y hasta creo recordar que tenia hermanos que jugábamos en el arroyo cercano , mis días felices que pasábamos en el campo, entre el verde de los arboles, el aroma de la lluvia, el sonido del arrollo. Pero no entiendo porque estoy acá, solo y aunque no falta la comida y trato de cantar, se pasan los días mas tristes
Día dos, Solo quería cantar y ser feliz, no entiendo porque me encerraron, yo no tale los arboles, no contamine el rio, no produje esa lluvia acida que contaminaba mi cobijo, solo era libre y embellecía los campos al pasar
Día tres, Desde mis rejas veía todas las mañanas una niña que me miraba y luego se iba, quizás pensaría que solo y triste estoy, pero eso no me daba fuerzas para poder cantar como lo hacía junto a los míos, esos días en que mis canticos grupo nos uníamos en una sola voz
Día cuatro, Cada día me siento más triste por esta soledad y por ser todos los días iguales, viendo pasar las horas y las personas mirándome desde lejos y les quisiera gritarles que me liberen… Casi no puedo caminar, casi no puedo volar con mi imaginación no llego a mi hogar.
Día cinco, las fuerzas me abandonaron, mi plato de comida quedo si tocar, gritarle a la niña es en vano, mi espíritu me abandona, en mi demencia veo un largo camino hacia una luz fuerte, siento mis alas convertirse en las extremidades iguales a aquella niña, mis plumas se caen y me cubre una piel suave y rozada, un ser de celeste me toma del cuello no lo reconozco pues lleva un barbijo, trate de de gritar pero mi canto se convirtió en llanto, ese hombre me ofreció a una dulce mujer después de la paz que recibi de ella pude abrir mis hijo y descubrí que esa niña estaba a mi lado.