Era mi nuevo puesto de vigilancia, Ingrese a una clínica guiado por mi
nuevo encargado de turno-sígueme te llevo a tu puesto, el anterior guardia no
duro ni un día, espero que tu tengas maderas para esto, iras a la morgue, tu
trabajo es simple quédate ahí hasta que termine tu turno y una cosa más, tal vez
vendrá alguna ambulancia a retirar cadáveres, solo tienes que verle la cara a
difunto y compararla con su identificación. mira bien (con una sonrisa en los
labios me dijo) que no se lleven ningún muerto equivocado, eso realmente me estremeció
y la verdad me dejo un sabor amargo en sus palabras. Me encontré sentado en una
recepción en el Subsuelo, detrás, una puerta doble hoja en forma de vaivén que
ingresabas a la morgue de la clínica.
Así trascurrió mi turno, pasaron los día y todo parecía normal.
Una Noche, en donde por situación normales no había descansado muy bien
en mi casa, estaba en mi puesto de trabajo pero al pasar las hora comencé a
batallar contra el sueño, en la vigilia note que algo salió velozmente de la
puerta, paso por al lado mío corriendo Hacia el pasillo, me pareció que era una
persona muy pequeña, pareciera una niña de unos 4 años de edad. La sensación de
terror no tardo en envolverme, al cabo de unos minutos volvió a ingresar fugazmente
hacia la morgue con una risa escalofriante. Desde esa noche comenzaron los problemas,
note que a la misma hora salía esa niña, era una niña con vestido blanco, con
una piel muy blanca, sus ojos ojerosos de pelo oscuro con dos moños en sus
cabellos realmente me aterraba verla, pedí que me trasladen de lugar y me amenazaron
con despedirme, realmente necesitaba el trabajo por eso no me fui.
Una Noche después de las 2:00 AM de la madrugada, escuche detrás de la
puerta que me observaba una sonrisa se escucha muy suavemente, se me erizaba la
piel el miedo hacia que mi corazón latiera fuertemente sintiendo que se me
escapaba del pecho, aun así no emití sonido alguno, intenté pensar igual bajo
toda esa presión, recordé una bolsita de caramelo de miel que tenía en el
bolsillo, los saque muy despacio desenvolví la bolsa y me hice de 2 caramelo, una
voz tímida salió de mi boca.-quieres un caramelo?- Dije; y la puerta se entre abrió,
lo lance hacia dentro y espere, al minuto los dos envoltorios fueron lanzados
hacia mí. Esta noche no tuvo más complicaciones.
Al otro día tome servicio con normalidad, espere que se hagan las 00:00
AM para lanzar dos nuevos dulces, al parecer fueron aceptados porque tuve una
noche esplendida, y así nació una tregua, ella tenía sus dulces y yo una noche
tranquila, hasta que el día que olvide de comprarle los caramelos, esa noche
realmente fue intensa, la puerta se entreabría y unos chistidos salían de ella,
la puerta se cerraba enérgicamente, pensé estoy en problema, la noche trascurrió
con gritos llantos y portazos hasta las 06:00 am.
El día siguiente llegue muy bien preparado, traía, dulces de todo tipo
para que esa niña que ya era parte de mi trabajo y puedo confesar que comencé a
quererla, sentí que hizo un cambio en mi vida, me sentía alegre cuando recibía
esos dulces, hubo inclusos noche que ella me convidaba de sus cositas, como también
los días en donde me dormía sentía una caricia y hasta un beso de
agradecimiento, sentía su inocencia, sus berrinches si el dulce no le gustaba
pero era ella y yo.
Así pasaron los días, de camino al trabajo, pare a comprar sus dulces y
unas colitas de pelo. Llegue a la clínica tome servicio y me dispuse a esperar
a la hora de siempre, la noche se tiño de negro cuando dos enfermeros entraron
a la morgue y salieron con una camilla y una identificación, la niña de la foto
era ella, su cara angelical sumergida en un sueño profundo llevando su historia
escondida en los profundo de su ser.
Las noches ya no fueron las mismas desde ese día, ya no sentí su risa, ni
sus berrinches de niña caprichosa.