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jueves, 28 de noviembre de 2019

La Casa embrujada

Érase una vez en una casa abandonada que llamaba la atención de todos los habitantes del vecindario, pues en las noches sobre todo cuando se acercaba la hora pasadas las 12 de la madrugada, se podían detectar sonidos que provenían de esta casa tan misteriosa.
Una noche cuando todo estaba en calma, de la nada se empezaron a escuchar estos sonidos bastantes peculiares. Uno de los habitantes que pasaba por el lugar, se armó de valor y decidió tocar a la puerta de la casa esperando recibir algún tipo de respuesta, al no recibirla decidió hablar en voz más alta
-Hola, ¿hay alguien ahí? –preguntó con curiosidad
Cuando decidió entrar se dio cuenta de que la puerta se encontraba abierta, al entrar en la casa, todo estaba oscuro y se veía a medias, la verdad aunque curioso y hasta el momento valiente, no sabía qué hacer, si avanzar o no pues el miedo lo invadió.
Al querer caminar le era imposible moverse y al querer hablar no podía articular palabra, al darse cuenta de esto entró en un estado de nervios pues se dio cuenta que de necesitar ayuda no podría pedirla.
Cuando estaba a punto de  enloquecer, comenzó a calmarse a sí mismo, y de a poco recuperó el movimiento, cuando se recobró e intentó escapar, se dio cuenta de que estaba encerrado dentro de la casa misteriosa y no tenía escapatoria todas las puertas y ventanas se encontraban cerradas.
Es ahí cuando decidió acercarse a la puerta y comenzar a dar golpes y a gritar mientras pedía auxilio esperando que alguien pudiera ayudarlo o avisarle a la policía, después de unos minutos lo escucharon, estos minutos pasaron muy lentos.
Los vecinos tuvieron que romper la puerta para poder ayudar al curioso hombre quien después de ese día no volvió a pisar más esa casa ni  de cerca y el misterio de los ruidos aún no se sabe de dónde provienen.

miércoles, 23 de octubre de 2013

La Mansión Madison







La tarde se ocultaba en la gran mansión Madison, mientras la luz desaparecía. Las inertes sombras se alzaban en los corredores buscando presas para aterrar.
Una tormenta trajo a Juan hasta la gran mansión, cubierto de la lluvia en la entrada, esperando que pase el temporal, se acerco a las grandes ventanales para ver su interior, noto las grandes pinturas, el barroco de la época, las increíbles estructuras que jamás en su vida pensó admirar, sintió muchas ganas de entrar, pero sabia que seria una violación a la propiedad, la puerta se abrió, como invitándolo a pasar, cautelosamente se acerco hasta al marco de la puerta, vio que la sala o recibidor tenia grandes candelabros que iluminaba toda la sala, lentamente, hipnotizado por las hermosas y detalladas maderas que formaban un árbol perfectamente adherido a las escaleras, se acerco y con asombro se dio cuenta que esos detalles estaba talladas con figuras humanas, entrelazados, Tanta su fascinación que no se dio cuenta que la puerta se cerro en su espalda, subió las escaleras, deslizando su mano por el suave barandal.
Llego a la biblioteca, un libro en un especie de altar llamo su atención, al acercarse Leyó, "Aberius" el libro era muy antiguo, la tapa estaba hecha delicadamente de marfil, en medio una cara de un cráneo con una boca exuberante con muchos dientes con punta de alfiler. Este cráneo llevaba una capucha holgada que tapaba los orificios de los ojos, alrededor de esa figura espeluznante, también se veía pequeñas figuras casi invisibles. Juan tubo que acercarse de cara al libro para poder verlas, con horror observo gente dentro de en un lago de fuego y lava, pudo ver el rostro de sufrimiento de esas almas retratadas en ese libro, era un excelente pieza para llevar, tomo el libro y sin darse cuenta uno de los dientes de ese ser de portada se clavo en su dedo, Idiota se dijo en vos baja, tomo un pañuelo del bolsillo para limpiar su herida, de repente todo comenzó a nublarse, en su delirio veía los cuadros sonreírles, entes oscuros lo comenzaron a rodear, todo daba vueltas y de pronto ese ser de marfil de la tapa del libro apareció ante él, sonriendo acerco su huesudo dedo, a su frente y Juan cayo desvanecido.

Un Trueno lo despertó, ya era muy tarde, al abrir los ojos se dio cuenta que estaba en uno de los cuartos, aun tambaleando llego a la puerta, ayudándose con las paredes se dirigió a la salida, sentía murmullos en todos lado, al pasar por un cuadro una figura lo hizo estremecer. Lo miraba detenidamente y hasta sentía ver una leve sonrisa en sus labios, de pronto, una vos salió de ella. Dijo.- Piensas que te podrás ir de aquí? Jajaja

-ya eres parte de este lugar.

Juan aterrorizado tomo el pasillo y encontró las escaleras, al bajar se dio cuenta que espíritus vestido de la época lo observaban y se reían sicóticamente deformando su rostro en entes demoniacos, llego a la puerta y no pudo abrirla, desde lo alto del recinto noto como el ser mas oscuro lo observaba desde arriba del pasillos de 1º piso. Tomo una silla y rompió el cristal de un ventanal con todas sus fuerzas se lanzó hacia fuera pero las cortinas rodearon su pies y lo lanzo nuevamente hacia dentro, los cuadros mas grandes volaros hacia el ventanal y taparon su salida, los rostros de esos cuadros se mostraban monstruosas riendo y moviendo sus ojos en forma burlona. En su desconsuelo de no poder escapar Juan alzo su mirada, entre todos esos espíritus malvados había una mujer diferente a los demás, con una luz propia brillante, blanca, limpia, con una señal le mostro la chimenea, Juan se deslizo hacia ahí, y comenzó a trepar, manos putrefactas salían del angosto hueco jalándolo hacia abajo, una luz blanca destello para que esos miembro dejaran a Juan por un momento, trapo con todas su fuerza, la salida estaba próxima, ya sentía el aroma de la húmedas del aire. Entre tropiezos alcanzó la azotea, sentía que era libre, corrió por el tejado buscando el extremo mas bajo para poder saltar. Vio una estatua de un caballos se lanzo hacia ella para sostenerse del cuello, consiguió sostenerse unos segundo y callo en un charco de lodo, estaba vivo como también adolorido. Sin mirar a tras busco la salida, un laberinto de matorrales y la espesa lluvia no lo dejaba ver. Sentía que no estaba solo, su respiración desenfrenada y la adrenalina que recorría su cuerpo le daba la voluntad para seguir, escucho una voz que dijo por aquí, era esa mujer, hizo un giro y se encontró con una salida, ya casi se dijo, en el momento de salir aquel espectro diabólico lo esperaba bajo un portón de hierro antiguo, levitando en su lugar con su gran sonrisa desmoralizadora, ¡déjame ir! Grito desesperadamente Juan, el demonio solo lo observaba, como decidiendo el destino de ese Hombre, después de unos minuto el espectro se hizo a un lado, como invitándolo a salir, Juan corrió como nunca en su vida, tomo  una carretera y corrió hasta ser hallado por la policía.

El día siguiente Juan despertó en un hospital, miro a su izquierda y vio su ropa, una enfermera se y dijo Sr. Una Señora lo vino a visitar le dejo este paquete, Juan se sentó rápidamente en la cama, tomo el paquete lo abrió con los ojos aterrorizado descubrió una bata que le dejo su esposa.

Después de unos días de observación regreso a su casa, tratando de olvidar lo que aconteció en esa mansión juro no volver hablar de eso con nadie, llego a su casa saludo a su esposa y quiso recostarse, cuando llego a su habitación descubrió ese libro en la cabecera de la cama, con una nota que decía no te libraras de nosotros. La Vos de su esposa se escucho – ¿Querido que es Aberius?