Teresa era una mujer
muy chusma, viuda, sin nada mejor que hacer, hizo en su casa varias ventana
para no perderse detalles de lo que pasara afuera, la gente la ignoraba porque
lo poco que salía era para preguntar de la vida de los demás, discutía en
cualquier situación en donde no conseguía la razón de lo que estaba hablando,
tanto fue su curiosidad que se obsesiono y según ella tenía de vecinos
convictos, asesinos y brujos.
El lugar en donde
residía era un pueblo de pocos habitantes lo que hacía que todos o la mayoría
conocieran a Teresa.
Una mañana, teresa
hacia sus quehaceres cuando escucho que la llamaban mediante aplausos desde el
portón de su casa, miro por la venta y vio a un hombre desmontando su caballo,
ella se asomo a la puerta y pregunto: ¿que se le ofrece?
El extraño respondió:
Disculpe buena señora, soy un trabajador de la nueva estancia que está en
construcción, quería pedirle, a pesar que no me conoce, sería tan amable
de guardar este paquete, qué, al terminar mi trabajo del día lo retiraría a la
media noche, pues tengo una fiesta y el regalo lo envolví cuidadosamente, y en
la estancia se arruinaría.
Ella lo miro bien y
noto que era un paquete enorme cubierto con un papel muy festivo rosa, y una
gran cinta roja en forma de cruz, en la intersección terminaba con un gran moño
del mismo color, teresa se acerco y le contesto: si buen hombre, lo guardare
con mucho gusto, ella tomo el paquete con ambas manos lo saludo al caballero e
ingreso a su hogar.
Sentada delante del
paquete que se encontraba en la mesa, se preguntaba qué será lo que habría
dentro, lo alzaba, lo sacudía un poco con el oído pegado a la caja y nada, lo
miraba a tras luz, tampoco.
-
Mmm
¿qué será que tiene dentro?
-
¡la
intriga me mata!
Teresa salió de su
casa a la tienda, busco el mismo envoltorio + cinta y regreso a su casa.
Miro el paquete
detenidamente para recordar la forma en que estaba cerrado y se dispuso a
abrirlo. La sorpresa fue tan grande, que lanzo el paquete al piso,
desesperada vio con horror que en la caja se encontraba restos humanos, un
brazo y una pierna agusanado. Al tirar la caja los miembros saltaron al piso y
volvieron a su lugar como si tuvieran vida propia, los dedos de la mano la
señalaban a teresa y se movían de forma que parecía que se rehiera de ella.
Teresa no aguanto más
y corrió hacia la iglesia por ayuda, ahí se encontraba el curita del pueblo.
Teresa llego y le dijo: ¡Padre!, ¡he pecado!
El Padre, contesto:
Tranquila hija que te sucede, cuéntame pero tranquilízate, y ella tomo asiento,
respiro Profundo, le conto con detalle y un poco mas inventado por ella.
El cura la miro, y le
dijo mira yo sabía de estos caso, nunca pensé en que me tocaría ser testigo de
algo así, le explicare tú eres una persona que se interesa en saber la vida de
los demás, ¿no?
Teresa: Si, padre.
La biblia no dice nada
en estos casos, pero he oído que tienes que juntar siete chicos menores de
siete años, tienen que salir todos juntos y el más pequeño debe de entregar el
paquete con la mano izquierda, deberás de persuadirlo para que sea el más
valiente. El Padre le dio su bendición, le dijo que dios te acompañe querida
hija, rezare por ti, ¡una cosa más, si no lo logras él te llevara!
Al salir de la Iglesia
fue directo a la tienda, compro todo tipo de juguetes, adornos para una gran
fiesta, globos y todo lo que le parecía que a un niño le gustaría (a pesar que
ella odiaba a los niños), Fue casa por casa, invitando y responsabilizándose de
que los vendría a buscar y los traería, la gente que la conocía ni siquiera le
prestó atención, pero gente que recién se había mudado al pueblo, la atendió
con gran placer, cosa que ella le resulto algo entrañablemente gustoso.
La hora pasaba y
Teresa aun buscaba más niños, ya casi rogando consiguió a base de mentiras el
último niño. Los llevo a su casa, y rápidamente cubrió el endemoniado paquete
con una manta, después lo envolvió entre nauseas y arcadas, lo dejo tal cual
estaba.
Se desplego una gran
fiesta infantil entre conversaciones que vendría el invitado y que ellos
tendría que salir todos juntos a entregarle el paquete al homenajeado.
Todos los chicos
estaban contentos, por ese gran evento y aceptaban sin problema el único
requisito que la dueña les imponía. La hora se acercaba, ya eran 23:40 hs los
niños ya cansados de jugar empezaron a tener sueño, ella los entretenía lo más
que podía, los sentados casi dormidos ella los levantaba de un tirón y bailaba
para despabilarlos. Al fin faltaba cinco minutos para la media noche, los niños
cansados ya quería volver a sus casas, ella los junto en la puerta diciendo con
alegría el invitado ya está por venir, algunos niños descifraban el terror que
había en los ojos de teresa, y cambiaron de opinión ya no querían salir, en el
último minuto Teresa le dijo: si salen todos y el más pequeño entrega el
paquete a nuestro invitado se llevaran todo lo que ven aquí, ellos gritaron de
alegría llenos de inocencia ¡Bien!
Y Golpes con aplauso
fuerte marco la hora, era él. Teresa se asomo y vio que ya no era el buen
caballero sino que era un jinete con caballo negro, fuegos despedía de su boca.
El jinete, un
hombre extremadamente grandes, con una capa que cubría su cuerpo, una capucha
negra como la noche, el claro de la luna descubría sus huesudos rasgos calavericos,
Su exuberante boca entrelazaban grandes colmillos y dientes exagerados con ojos
del color del mismo infierno.
Ella le dijo, a que no
saben chicos, nuestro invitado ¡llego disfrazado!
Con su inocencia
gritaron ¡Bien! y salieron a su encuentro.
Según lo pactado el
niño pequeño entregó el paquete, ese demonio con furia se lo arrebato de sus
manos y al quitárselo lo araño con su largas garras. El niño de un grito se
desmallo, mientras el miro directamente a la ventana en donde Teresa estaba
observando todo, le Dijo: Osas, en engañarme, te quitare el alma de tu cuerpo y
beberé tu sangre gota, gota. JAJAJA
¡ESTO, NO HA ACABADO!
¡NI PARA USTEDES TAMPOCOS, MAL CRIADOS!
Se alzo el caballo de
forma rampante y con un fuerte redicho, de un salto desapareció dejando un humo
oscuro
Teresa corrió en busca
de los niños, que se encontraban llorando por el pequeño desmayado, los entro
rápidamente a su casa, al despertar el pequeño le hizo prometer que nadie
deberá saber lo que ocurrió, porque el hombre volverá a buscarlos, luego de
esas palabras los llevo a cada uno a sus casas.
El tiempo pasó y cada
año fallecían unos de los niños de la fiesta. El pueblo conmocionado buscaba una
explicación de por qué a temprana edad niños se suicidaban, los policías
investigaban pero no llegaban a ninguna conclusión.
Solo quedaba Teresa y
el pequeño niño valiente.
Pasado un año de lo
ocurrido, teresa no recibió jamás un paquete ni del correo, cambio su manera de
ser hacia los demás, hasta se convirtió en una animadora de fiesta, la gente
comenzó a tolerarla y aceptarla.
Un día, ella volvía de
su trabajo, ya oscuro, abrió la puerta y en sus pies se encontraba una carta en
el suelo ella la levanto, al abrirla decía: ¿TE HAS OLVIDADO DE MÍ? Y la carta
se incinero entre sus dedos mientras que algo sintió apoyarse sobre su hombro.
Así, termina mi
historia, pues en ella escribo mi verdad, porque sé que soy el próximo, ya
siento su presencia, la carcajadas diabólicas cada vez están más cerca, sé que
me acecha, sé que es mi turno.
P/D: ¡Te quiero Mamá!
Se que no me puedes ayudar