La noche me sorprendió, me encontraba perdido cerca de un
lago, los sonidos de la noche me atormentaban junto con el temor de no
encontrar el camino de regreso. Camine por el espeso bosque, las siluetas de
los arboles bailaba en forma burlona. Sentía una mirada sobre mi, el gruñir de
un animal me exigió correr a toda prisa, sin saber donde ir sorteaba arboles y
rocas, de repente un gran oso paso por mi lado a toda velocidad, su rostro
dibujaba un terror que no noto mi presencia. Porque Corre?, pensé que era yo la
presa. Me senté sobre una gran raíz de un ombú para descansar.
En los oscuro recovecos note que me observaban, de un brinco me cobri detrás de esa raíz, una vos resonó en aquellos juncos, No te escondas de mi! dijo, Voy por ti.
Comencé a moverme sigilosamente para perderlo, pero esa cosa se movía con un movimiento ligero al ras del suelo, cada vez que giraba lo veía mas y mas cerca, recordé las historias de mi padre "Un cazador de almas" me acechaba. Mi fin es inminente. Solo me queda rezar, Ángel de la Guardia Dulce Compañía...
La presencia se mostro en frente a mi, Su rostro era pálido y alargado, una sonrisa que se extendía de oreja a oreja, dientes puntiagudos y filosos, no tenia cavidad ocular pero sus ojo oscuros estaban como adheridos a él, sentí las garras en mi pecho y el desprender de mi alma de mi cuerpo. Y ahí me vi postrado en un hospital casi muerto, escuchando a los médicos diciendo la hora de mi muerte, viéndolos alejarse de mi cadáver Sin alma.
En los oscuro recovecos note que me observaban, de un brinco me cobri detrás de esa raíz, una vos resonó en aquellos juncos, No te escondas de mi! dijo, Voy por ti.
Comencé a moverme sigilosamente para perderlo, pero esa cosa se movía con un movimiento ligero al ras del suelo, cada vez que giraba lo veía mas y mas cerca, recordé las historias de mi padre "Un cazador de almas" me acechaba. Mi fin es inminente. Solo me queda rezar, Ángel de la Guardia Dulce Compañía...
La presencia se mostro en frente a mi, Su rostro era pálido y alargado, una sonrisa que se extendía de oreja a oreja, dientes puntiagudos y filosos, no tenia cavidad ocular pero sus ojo oscuros estaban como adheridos a él, sentí las garras en mi pecho y el desprender de mi alma de mi cuerpo. Y ahí me vi postrado en un hospital casi muerto, escuchando a los médicos diciendo la hora de mi muerte, viéndolos alejarse de mi cadáver Sin alma.