sábado, 5 de julio de 2014

El llanto

Después de una cena con unos amigos, me dispuse a volver donde me hospedaba en mis vacaciones, sonriendo pues recordaba las graciosas palabra, chistes y demás acontecimiento que hizo una noche agradable, tambaleando no por el alcohol sino las calle de ahí eran largos caminos de arena y para una persona de ciudad se dificultaba caminar.
Los vellos del cuerpo se me erizaron al solo pensar que estaba a punto de pasar por el cementerio del pueblo, caminaba en silencio, ojos mirando al piso, los ruidos nocturnos hacían ese tramo del camino tenebroso, mis sentidos se agudizaban cada vez que caminaba por los grandes paredones, cuentos y leyendas que contaron bombardeaban mi cabeza, de repente un silencio absoluto, la brisa del aire que acariciaba mi cara desapareció, un llanto de un niño resonaba desde dentro del cementerio, sabia que algo no andaba bien, pero era una criatura llorando, si lo dejo pasar pensando que es un fantasma y esa criatura era real y cuerpecito, temblando se frío, las lágrimas brotaron de mi, como un ser que puede dar vida podría hacer eso, abandonarla, tome mi abrigo y la envolví las voces susurraban corre, corre, su cuerpecito estaba helado, sombras guiaban mi camino hacia la salida, corre me decían, guardián de una vida, corre. Llegue al hospital gritando desaforadamente que alguien me ayude!!! Las enfermeras tomaron a la criatura.
yo no la socorría me arrepentiría toda la vida, así que me decidí correr el riesgo, salte el portón del cementerio y agudice mas mis oídos para seguir el rastro, lo confieso tenia miedo, el llanto se escuchaba a lo lejos, sombras curiosas pasaban a mi alrededor, me movía rápido para sortear las tumbas y una vos me decía por aquí no! por aquí no! caminaba hacia ese llanto que gritaba sin cesar, hasta que lo encontré, era una niña hermosa, con rastro de sangre en su
Ahora ella se llama milagros, cada vez que regreso a ese pueblo la visito ella esta con sus padres adoptivos.

Rayos

Era de noche los rayos partían lo cielos, me encontraba solo con mi niña, en un momento se corto el suministro eléctrico, corrí junto a ella guiados por los gritos de espanto, al llegar le dije tranquila solo es una tormenta mas y la luz volverá en breve, no grite por la tormenta ni el corte de luz. Me asunto la niña que apareció de bajo de mi cama diciendo que cuando se corte la luz me llevaría.

Curiosamente

Desde niño me interesaba todo lo relacionado con lo paranormal como casa embrujadas, esquinas con aparecidos. etc. pero lo que mas me llamaba la atención era un convento antiguo, ya abandonado que se encontraba a unas cuadras de mi casa. A la noche la gente decía que se escuchaba claramente el llanto de mujeres, todo tipo de golpes como también pasos arrastrando cadena, lamentos etc.
Una noche con mi mejor amigo decidimos ir a investigar, tomamos unas linternas y a la media noche ya estábamos recorriendo esos pasillos oscuros con el vaivén de las luces blancas, Basura, Basura y mas basura, solo eso había. Recorrimos cada habitación solo una puerta no pudimos abrí, y acá empieza lo tenebroso. Jalábamos la puerta con fuerza, sentíamos como si alguien estuviera del otro lado tratando de evitar que entráramos, lo sabíamos pues sentíamos como cedía algunas veces y volvía a cerrarse, pensábamos que era una pareja buscando intimidad. Así que decidimos  irnos, le dije a mi amigo ya los fastidiamos bastante vámonos, caminábamos a la salida cuando de repente, la puerta se abrió de golpe, junto con un alarido que helo el ambiente, vimos como una mujer se asomo lentamente sobre el marco de la puerta, iluminada por las luz de las linternas no podíamos creer lo que veíamos, paralizados por el miedo, esa cosa espantosa que nos obserbaba en el medio del pasillo, comenzó a caminar lentamente, arrastrando su pie derecho, vestía una sotana negra muy gastada, su piel era blanca, el miedo paralizaba cada centímetro de mi cuerpo mientras esa extraña dama se acercaba hacia nosotros, mi linterna cayo, vi a esa mujer frente mío, cayéndose  o descansando sobre mi cuerpo con una voz muy desgarradora dijo ¡AYUDENMEN!, ese sonido me libero de mi parálisis, sentí que algo trato de apoyarse sobre mi pero traspasó mi cuerpo era un ente, un ente de sufrimiento, corrimos hacia la salida, las puerta se cerraban y se abrían, golpes en la pared, gritos desgarraban el silencio, hasta que por fin salimos. Corrimos como diablo cada uno hacia su hogar, esa noche no pude dormir, en mi ventana me observaba esa mujer toda la noche, al día siguiente me encontré con mi amigo y el me conto exactamente lo mismo esa mujer estuvo pacientemente observándonos desde nuestra ventana toda la noche.

Noche de Luna llena

Era una noche de espesa bruma, yo caminaba por el cementerio, de repente, yo vi un hombre. Apoyado en una lapida, pase lo mas disimuladamente posible, pero su voz resonó en la oscuridad, tu no deberías estar aquí. comencé a caminar a paso ligero para tratar de salir de ese lugar, sonidos de laméntenos se escuchaban, en un momento una horda de zombis me tenían acorralado, como veía que eran lentos comencé a evitarlos, manotazos que golpeaban mi ropa pero era fácil escapar, casi sonriendo buscaba la salida de repente varios zombi estaban de rodilla como adorando a alguien, todos miraba a la misma dirección, en la dirección del portón del cementerio la bruma era cada vez mas espesa, pensé no hay nada que temer y me dirigí a la salida, casi por salir, sentí unos aleteo fuertes algo muy grande se acercaba hacia mi, miraba a ambas direcciones, pero nada, no veía nada en absoluto. De repente un ser horrendo, un humanoides de color rojo fuego con alas enormes, era una gárgola. Se posó en frente de mi, mirándome fijamente, en segundo se abalanzo atrapándome con sus garras teniéndome de espalda al piso, no podía moverme solo pude observar como los zombies se acercaban lentamente hacia mi, mientras la gárgola o lo que fuese me tenia fuertemente agarrado, veía como esos muertos se acomodaban lentamente para su festín y una vos escuche, te dije que no deberías estar aquí.

mini cuento

Hace 10 años, dormía plácidamente, cuando una manito estiro mis dedos, desperté de un salto, me dijo papa tengo sed, corrí a la cocina por una vaso de agua, pero cuando me di cuenta que no tenia hijos hice mis maletas y me fui de donde estaba alquilando

La despedida

Estaba en la casa de un buen amigo, que con motivos vacacionales, se encontraba en su hogar, Compartiendo una bebida caliente tradicional como “el mate”, Charlábamos de diferentes cosa, la tarde transcurría y comenzaron a ocurrir cosas, miraba la ventana y veía como algo o alguien nos observaba, era algo extraño pues mi buen amigo vive en un piso 5º, de tanto en tanto un viento frío hacia estremecerme, solicitaba que cierre alguna ventana a lo cual mi amigo me decía que todas las ventana estaban cerrada, como también los aires acondicionados estaba apagados.
Pero bueno, como nos conocíamos de muy pequeños comenzó con: tengo historias de terror para contarte, yo sonreí y le pedí que comience. Pero la campanilla del teléfono sonó de repente tomo su móvil y se fue a la cocina para hablar, con un gesto de ya vuelvo, me puse a mirar unas anotaciones, entre pequeñas cosas pude escuchar algo que me llamo la atención, la vos de mi amigo se acongojaba y solo dijo- “no lo puedo creer fue como un padre para mi”  en unos instante golpearon a la puerta, el se acerco hasta el desayunador que esta en su cocina para indicarme que habrá, vi como sus ojos estaban a punto de reventar en lágrimas, me acerque a la puerta , al abrir una persona muy delgada y de estatura muy alta se quedo mirándome, era un tipo raro de traje y corbata vestía todo de negro, me miro y me dijo esta el señor de la casa, tengo que hablar con el urgente, a lo cual le respondí ahora esta al teléfono muy ocupado,  me miro y dijo Volveré en otro momento. ok le respondí, volví a mi asiento y espere, al cabo de unos minutos mi amigo volvió (como decirlo, destruido), solo me dijo se murió mi 2º papa, esas palabra fuero desgarradoras para mi pues conocía su historia pero no tuve la oportunidad de conocer ese buen hombre, me dijo, me acompañas al despedirlo? , pues claro le conteste.
Fuimos en mi auto, y en 20 min ya estábamos ahí, lo acompañe hasta la entrada y le dije tomate el tiempo que sea necesario amigo aqui te espero. Me miro y dijo,
ven acompáñame por favor, así que entre, y fuimos hasta el féretro, al verlo se le aflojaron las piernas y pude sostenerlo, entre lagrimas y llantos le decía “te quiero papa”, y me dijo; mira no es el mejor lugar pero te presento al hombre que me ayudo y me crio como su hijo, salúdalo Gastón, (nunca les dije que jamás me gustaron los velatorios pues no puedo ver un cadáver). Al mirarlo quede asombrado, con mucho miedo y petrificado, pues era el hombre que toco la puerta de la casa de mi amigo.

El Accidente

Caminaba bajo el éxtasis de saber que hasta dentro de dos días no volvería al trabajo, andando como todos los días en dirección al ómnibus que me llevaría a mi hogar, al llegar me detuve envuelto en mis pensamientos, recordaba las discusiones y cambios de proyecto, como era habitual en mí. La atardecer se convirtió en oscuridad, las luces de la ciudad hacían agradable la vista en avenidas y plaza y yo parado en medio de estas, esperando el colectivo, la gente una a una se retiraba al encontrarse con su transporte que desgraciadamente pasaban sin la suerte que fuera el que yo necesitaba, hasta que se fue el ultimo y me quede solo. Tome asiento pues ya mis piernas me lo pedían a gritos, me relaje juntando el alivio que se siente al saber que al otro día no regresaría al trabajo y quede súbitamente dormido, e ingrese en un sueño que mi mente tejió en ese momento supongo yo con los excesivos ruidos de mi entorno. Me encontré en el mismo lugar sentado de la misma manera que recuerdo, una persona estaba a mi lado, mientras me observaba y después dirigía su mirada a un sitio en especial, era como que me invitaba a mirar, donde su ojos posaban era en una mujer con una niña que caminaban por la vereda de la plaza  hasta llegar a la avenida, se notaba que la traviesa niña no se dejaba controlar por su (creo yo) su madre, y al llegar a una esquina de esa calle extremadamente grande , la niña suelta la mano de la mujer y corre hacia los vehículos que andaban a alta velocidad, la suerte de la niña llego hasta el centro de la avenida que fue cuando una camioneta la impacto volando por los aires y caer a mis pies el cuerpo sin vida. En ese momento una carcajada de la persona que tenia al lado surgió de repente  volteé a mirar no vi a esa persona vi a la niña sentada al lado mío mirándome fijamente y  ahi desperté de un salto y  al instante, mire sobre mis hombros y note que la fila se extendía a varias personas, en esos momentos arribo mi colectivo y me fui a mi casa. El sueño me hincaba en mi mente, perturbado aun por las escenas que formaros ese accidente me producía impotencia y a su vez tristeza, ese hombre, tal vez formaba parte de mi subconsciente de no haberla salvado, pues dentro de mi sabia que ocurriría eso, apoye la cabeza en el respaldo del asiento y dormite hasta llegar a la estación, nuevamente el sueño pero esta vez la escena no cambio mucho solo la niña estaba conmigo, el escenario era igual pero una niebla cubría el lugar, esa niña tomo mi mano, cruzamos la avenida y fuimos a esa plaza mientras ella jugaba en las hamacas y se columpiaba me miraba fijamente, sentí la presencia de alguien detrás mío pero no podía dejar de ver a la niña, en una de esos momentos la niña miro mas allá de mi espalda como anteriormente esa sensación de invitarme a mirar, me di vuelta casi apoyada en mi con un movimiento vacio se encontraba esa mujer colgada de una soga amarrada al cuello, sus ojos dibujaba una sentimiento de desesperación, de sufrimiento y desconsuelo. En ese momento desperté mire a mi alrededor, confundido, sabia que tendría que estar sentado en el colectivo, mire hacia todos lados pero no salía de mi confusión estaba aun en la parada, me pregunte como, como podría ser. En ese momento escuche un grito; ayuda!!! – desesperadamente, vi una niña como bailando en la avenida, sin pensarlo me lancé hacia ella tomándola del cuerpecito, sacándola casi debajo de una camioneta corrí hacia el cordón de la calle sosteniéndola con fuerza, y ahí estaban ellas las niña y la mujer de esas pesadillas.